El Gran Premio de Austria marcará un punto de inflexión para Ferrari en la temporada 2025 de la Fórmula 1. A pesar de ser la única escudería con presencia ininterrumpida en todas las ediciones del campeonato, y la más histórica de la categoría, la escuadra de Maranello llega al Red Bull Ring con la urgencia de dar un golpe de autoridad tras una campaña marcada por la inconsistencia y la falta de resultados.
Bajo la dirección técnica de Loïc Serra, Ferrari apostó este año por un cambio drástico en el diseño del SF-25, el último monoplaza bajo la normativa actual que vence al finalizar esta temporada. El nuevo auto incorporó una suspensión delantera pull-rod, alineándose con equipos como Red Bull, McLaren, Racing Bulls y Sauber, abandonando la tradicional push-rod usada hasta 2024.
Sin embargo, el rendimiento del SF-25 ha sido irregular. Aunque hubo destellos de competitividad —como la victoria de Lewis Hamilton en el sprint de China y el podio de Charles Leclerc en Mónaco—, el auto presentó problemas críticos, especialmente en la gestión de la aerodinámica. La inestabilidad y el rebote del chasis, agravados por una mala configuración de altura, derivaron incluso en la exclusión de Hamilton en Shanghái por desgaste del fondo plano.
En un intento por evitar más sanciones, Ferrari elevó la altura del auto, pero esto comprometió aún más la carga aerodinámica y el rendimiento general. Esta situación encendió las alarmas en los medios italianos, que especularon incluso con una posible salida del director Frédéric Vasseur, algo que el propio francés desmintió, aunque las dudas siguen en el aire.
Presionada por los resultados y las expectativas, Ferrari decidió adelantar la actualización más grande del SF-25, que inicialmente estaba planeada para el GP de Silverstone. Este nuevo paquete técnico incluye una nueva especificación del suelo, elemento fundamental para mejorar la eficiencia aerodinámica y la estabilidad del coche. La demora en su implementación se debió a que los ingenieros debieron corregir parte de la filosofía de diseño del monoplaza.
💬 “Hemos trabajado duro en Maranello con el objetivo de combinar todos los factores necesarios para lograr el mejor rendimiento. Charles, Lewis y todo el equipo están decididos a dar lo mejor de sí en una pista que suele dar lugar a una de las carreras más espectaculares de la temporada”, aseguró Vasseur en la previa del fin de semana.
Esta será la última gran carta técnica de Ferrari en 2025. A partir de ahora, solo se esperan ajustes menores, ya que el túnel de viento de Maranello está completamente enfocado en el proyecto 2026.
Con los campeonatos ya prácticamente fuera de alcance, Austria representa una última oportunidad para recuperar el orgullo y competir por victorias. El desafío no es menor, pero Ferrari está obligada a reaccionar.