

La FIFA oficializó la distribución de los grupos para el Mundial 2026, un torneo que marcará un antes y un después por su expansión a 48 selecciones y un formato renovado que abre la puerta a duelos inéditos y mayores oportunidades competitivas. Dentro de los doce grupos revelados, el Grupo K, donde quedó ubicada la Selección Colombia, empezó a llamar la atención por su equilibrio, su diversidad táctica y el desafío que representa enfrentarse a una potencia europea.
El Grupo K está conformado por Portugal, el Ganador del Play Off 1, Uzbekistán y Colombia:
PORTUGAL
GANADOR PLAY OFF 1
UZBEKISTÁN
COLOMBIA
A primera vista, la conclusión es inevitable: el gran hueso a roer para Colombia será Portugal. La selección europea llega como favorita del grupo por su jerarquía, su estructura colectiva consolidada y una plantilla que combina experiencia mundialista con talento joven. Para Colombia, será el partido más exigente y, probablemente, el que definirá aspiraciones, ya sea para clasificar con holgura o para pelear hasta el final.
Portugal impondrá un reto táctico mayor: posesión dominante, presión alta, amplitud constante y un repertorio ofensivo difícil de contener si se les da espacio. Para la Tricolor, será clave la concentración defensiva, la velocidad en las transiciones y la eficacia en las pocas oportunidades que pueda generar. Ese encuentro exigirá un partido casi perfecto.
El grupo también incluye a Uzbekistán, una selección menos mediática pero en pleno ascenso dentro del fútbol asiático. Su estilo físico, directo y de alta intensidad convierte cada duelo en una guerra de desgaste, ideal para desestabilizar a rivales confiados. Para Colombia, este podría ser el partido bisagra: ganar aquí permitiría jugar el torneo con más margen.
Por su parte, el Ganador del Play Off 1 aporta el factor incertidumbre. Colombia no sabrá su identidad definitiva sino semanas antes del Mundial, lo que complica el análisis previo y obliga a preparar un plan adaptable. Históricamente, los equipos que clasifican por esta vía suelen ser ordenados, competitivos y mentalmente fuertes, un tipo de rival al que no se le puede regalar nada.
Colombia llega a este escenario con una combinación interesante de madurez, renovación y regularidad competitiva. El equipo ha encontrado un estilo más definido y una generación que mezcla experiencia con frescura, lo que podría jugar a favor en un Mundial con más partidos y mayor desgaste. Las virtudes del equipo transiciones rápidas, intensidad en el medio campo y solidez defensiva podrían ser determinantes, sobre todo contra Uzbekistán y el rival del repechaje.
Sin embargo, el grupo tiene un punto de referencia claro: Portugal es la selección a vencer, el obstáculo más alto y el duelo que medirá el verdadero nivel de la Tricolor. Los otros dos partidos son igualmente claves, pero vencer o rescatar puntos ante los portugueses podría cambiar por completo el destino del equipo en el torneo.
Con el sorteo ya definido, Colombia conoce el terreno que deberá recorrer. No será un camino sencillo, pero sí uno lleno de oportunidades para demostrar carácter, competitividad y evolución. La ilusión está viva, el desafío está claro y el Mundial 2026 ya empieza a sentirse en el ambiente futbolero del país.