En una noche cargada de ironía futbolística, Real Cartagena cayó 3-1 ante Millonarios en el estadio El Campín, en el partido de vuelta por los octavos de final de la Copa BetPlay. Lo que más llamó la atención no fue solo la derrota, sino el origen de los goles que la sentenciaron: todos fueron obra de jugadores nacidos en Cartagena.
Luis Marimón abrió el marcador al minuto 39 con un potente derechazo tras una recuperación en mitad de cancha y una asistencia precisa de Alex Castro. Minutos después, justo antes del descanso, Beckham Castro también cartagenero aprovechó otra habilitación de Castro para ampliar la ventaja. En el segundo tiempo, Beckham volvió a aparecer para firmar su doblete y sellar la clasificación de Millonarios.
El descuento de Real Cartagena llegó en la segunda mitad, pero no fue suficiente para revertir el marcador. El equipo heroico se despide del torneo, mientras Millonarios avanza con autoridad.
Más allá del resultado, el partido dejó una reflexión profunda: el talento cartagenero sigue brillando… pero en camisetas ajenas. Marimón y Beckham Castro, formados en la Heroica, fueron protagonistas del triunfo rival. Una señal clara de que el fútbol local necesita fortalecer sus procesos de retención y desarrollo de talento.
La afición cartagenera, orgullosa de sus jugadores, no pudo evitar el sinsabor de verlos brillar en contra. En redes sociales, muchos comentaban: “Duele perder, pero más cuando los goles vienen de los nuestros.”
Este encuentro no solo definió una llave de Copa, sino que abrió el debate sobre el futuro del fútbol cartagenero: ¿cómo evitar que el talento local se convierta en verdugo?