La Selección Colombia vivió una noche soñada este sábado 11 de octubre en el AT&T Stadium de Dallas, donde goleó 4-0 a México en un partido amistoso que, aunque no tenía puntos en juego, sí dejó muchas sensaciones fuertes en la cancha y en la tribuna también.
Desde el arranque, Colombia mostró que salió a tomarse el partido en serio. A los 16 minutos, Jhon Lucumí abrió el marcador con un remate certero tras un tiro de esquina. Fue el primer aviso de lo que vendría: un equipo ordenado, con hambre y que sabía perfectamente lo que estaba haciendo.
México intentó responder, pero no encontraba espacios. Y cuando apenas comenzaba el segundo tiempo, apareció Luis Díaz con una de esas jugadas que ya son marca registrada: se metió por la banda izquierda, enganchó y definió cruzado. Golazo y 2-0 en el marcador.
La cosa no quedó ahí. A los 64 minutos, Jefferson Lerma ganó por arriba tras otro balón detenido y metió el tercero. La defensa mexicana no tuvo cómo frenarlo. En ese punto, ya era clara la superioridad colombiana.
Pero lo mejor llegó al final. Cuando el partido ya estaba por terminar y muchos pensaban que el 3-0 sería el resultado final, Johan Carbonero, que había entrado desde el banco, aprovechó una contra rápida. Se fue solo, encaró al arquero y definió con tranquilidad para poner el 4-0 al minuto 90. Un cierre perfecto para una noche redonda.
Más de 60 mil personas estuvieron en el estadio, con hinchas de ambos países alentando sin parar. Pero al final, la fiesta fue toda para Colombia, que sigue demostrando que llega con confianza y buen fútbol al Mundial.
México, por su parte, tendrá que sacar conclusiones. El equipo de Javier Aguirre mostró ganas, pero se vio superado en casi todos los aspectos del juego.