En una noche cálida en Palmira, Deportivo Cali y Fortaleza CEIF protagonizaron un duelo que dejó más que goles. El empate 1-1 en la tercera fecha del Torneo Clausura 2025 de la Liga BetPlay significó mucho más para el conjunto capitalino que el simple punto sumado: fue una nueva muestra de que su proyecto deportivo está consolidándose como uno de los más visionarios y sostenibles del fútbol colombiano.
El marcador lo abrió Avilés Hurtado al minuto 12, capitalizando un error en salida del defensor Yesid Díaz. El gol sirvió como golpe anímico para Deportivo Cali, que mostró dominio en el primer tiempo a través de presión alta y transiciones rápidas. A pesar de ello, el equipo dirigido por Alberto Gamero no logró aumentar la ventaja, dejando claro que el control de las acciones no siempre se traduce en efectividad en el arco rival.
En el complemento, Fortaleza CEIF hizo ajustes tácticos que evidenciaron la madurez de un equipo que sabe leer los partidos y resistir la presión. Con una posesión del 57 % y un índice de goles esperados de 2.04 muy superior al 0.41 del Cali el conjunto bogotano se adueñó del ritmo, ganó territorio y aprovechó las falencias defensivas del rival. El empate llegó en el minuto 81 gracias a Jader Martínez, quien concluyó una jugada colectiva que combinó inteligencia, paciencia y técnica. Fue un gol que reflejó la identidad de Fortaleza: un equipo que construye sus avances desde el medio, que prioriza el juego asociativo y que no depende de individualidades.
Más allá del resultado, el partido dejó huellas del presente y señales del futuro. Deportivo Cali sigue sin ganar bajo el mando de Gamero y suma apenas dos puntos en tres jornadas, un inicio que siembra dudas sobre el funcionamiento ofensivo y la capacidad de respuesta en los tramos finales. Fortaleza CEIF, por el contrario, llegó a siete puntos, manteniéndose invicto y consolidando su lugar en la parte alta de la tabla.
Lo que diferencia a Fortaleza no es solo el puntaje ni las estadísticas aunque son sólidas sino la filosofía. Con una nómina joven, dinámica y comprometida, el club ha apostado por un modelo de desarrollo integral que prioriza no solo el talento deportivo sino también la formación humana. En un torneo donde muchos equipos dependen de figuras experimentadas o refuerzos de último momento, Fortaleza apuesta por el proceso, la continuidad y el crecimiento progresivo.
La cantera que alimenta su primera plantilla, la claridad institucional en sus objetivos y la coherencia táctica mostrada en cada fecha confirman lo que muchos ya intuyen: Fortaleza CEIF no solo compite, sino que construye. No es el equipo revelación, es el equipo del futuro. Y cada empate como el logrado en Palmira refuerza la idea de que su camino no es casualidad, sino consecuencia de una visión clara que busca trascender los resultados.
En una liga que necesita renovación, planificación y sentido de propósito, Fortaleza se levanta como un modelo que merece atención, respeto y, sobre todo, seguimiento. Mientras otros corren detrás del resultado inmediato, ellos caminan hacia una transformación profunda y sostenible. No sorprende que estén arriba en la tabla. Sorprende que estén redefiniendo lo que significa hacer fútbol en Colombia.