A sus 59 años, Óscar Díaz sigue demostrando que el talento no tiene fecha de vencimiento. Con corazón de campeón y piernas que aún marcan goles, fue una de las grandes figuras del equipo El Universal, que alcanzó el subtítulo de la Copa Compensación en el Torneo Intermedios de Comunicación.
Pero lo que hace especial a Óscar no son solo sus goles ni sus asistencias. Es su historia, su recorrido, su capacidad de inspirar desde cada rincón de la cancha. Fotógrafo de oficio en el periódico más importante de Cartagena, ha retratado durante décadas los momentos más memorables del deporte local. Esta vez, sin embargo, fue él quien se convirtió en protagonista.
Su participación en el torneo fue mucho más que una anécdota: fue una lección viva de entrega, disciplina y pasión. Como uno de los jugadores más veteranos del certamen, recibió una condecoración especial que reconoce no solo su desempeño, sino también su ejemplo. Porque Óscar no juega por competir, juega por amor al deporte, por respeto a la camiseta, por compromiso con el juego limpio.
Cada pase, cada carrera, cada gol que marcó fue una celebración de la constancia. En un torneo lleno de jóvenes promesas y comunicadores deportivos, su presencia fue un recordatorio de que la experiencia también tiene lugar en el juego. Que la edad no es un límite cuando el espíritu sigue intacto.
Óscar Díaz representa lo mejor del deporte: la pasión que no se apaga, el respeto por los valores, y la capacidad de inspirar a quienes vienen detrás. Su historia merece ser contada, compartida y celebrada.
¡Grande, Óscar!